Viví esta aventura en Indonesia y hace un trekking por la selva con orangutanes en su habitat.
Una travesía por la selva de Sumatra viendo a los orangutanes en el patio de su casa. ¡Imperdible!
Después de un mes de viaje llegué a Indonesia con muchas expectativas. Es el país del que todos hablan maravillas por sus espectaculares paisajes naturales, sobre todo. Para que tengan una idea, Indonesia se compone de más de 17000 islas, siendo las más grandes e importantes Sumatra, Java, Bali, Lombok, Sulawessi y Borneo, compartida con Malasia y Brunei.
La llegada fue un tanto caótica. Desde Singapur arribé a Medán, la ciudad más grande de la Isla de Sumatra. Y si no saben la fama de las grandes ciudades indonesias, les cuento en una palabra: caos. Por esta razón casi todos los viajeros buscan evitarlas. Por suerte, al llegar bien temprano me embarqué directamente hacia mi primer destino.
Bukit Lawang
Luego de un largo y caluroso viaje (algo que se repitió bastante en mis primeras semanas en el país), finalmente llegué a Bukit Lawang, un pequeño pueblo indonesio desde donde sale el trekking por la selva con los orangutanes, los cuales están en peligro de extinción y solo se los puede ver aquí y en la Isla de Borneo.
Este poblado hace de base para todos los que quieran realizar el trekking por la selva para ver a estos increíbles animales. Estas caminatas pueden durar desde 1 hasta 7 días, y en base a esto va a depender el precio también. Yo elegí realizar la de 2 días, para tener la experiencia de pasar una noche en el campamento montado en la selva a la vera del rió.
Una vez arribado y habiendo encontrado un hospedaje barato, me dediqué a charlar con los guías que están al acecho para poder cerrar sus ventas con los turistas. Luego de regatear un poco el precio, logré sacarlo por bastante menos de lo que me pedían en un principio. Ya solo quedaba preparar la pequeña mochila y descansar para arrancar el día con las pilas bien cargadas dado que me esperaban muchas horas de caminata por la selva.
Comencé el día bien temprano luego de un desayuno potente con huevos revueltos, tostadas y café. Nuestro guía, que compartí con una chica de Suiza y una pareja grande de holandeses, comenzó el trekking mostrándonos varios árboles y plantas interesantes, como por ejemplo un árbol del cual se obtiene una especie de canela que es la que usan para darle sabor a los cigarrillos indonesios.
También aprendimos como se obtiene el látex para luego conseguir caucho. Tanto en Indonesia como Malasia, el cultivo de estos árboles es muy común, y el proceso para obtenerlo es bastante manual e interesante. Cuando el árbol es lo suficientemente grande, se le realizan cortes en forma diagonal en un sólo lado de la corteza (luego se realiza del otro lado) y a poca distancia del suelo. Luego, se cuelga la mitad de un coco del árbol justo donde la savia, de color blanca y de textura pegajosa, va a empezar a gotear lentamente. Es increíble cómo una vez que este líquido se seca, se lo puede agarrar y estirar como si fuera una banda elástica.
Ni bien nos adentramos un poco en la selva comenzamos a sentir el agobiante calor y la humedad, y en cuestión de minutos estábamos completamente empapados. Entre subidas y bajadas caminamos poco menos de dos horas hasta que avistamos nuestro primer orangután arriba de un árbol comiendo las hojas. Con su característico color marrón-rojizo (que solo los orangutanes poseen) y su cara bien redonda y aplastada nos dimos cuenta que era un macho.
Luego de sacar varias fotos, tarea complicada por estar tan alto y haber muchas ramas y hojas de por medio, seguimos nuestro camino hasta encontrarnos con una orangután hembra y su bebé. Fue muy divertido ver como ésta se paseaba con su cría bien sujetada a su cintura, de rama en rama con una velocidad admirable, casi como si estuviese bailando con los árboles. Salvo las hembras que viven con sus crías hasta los 5-6 años, estos simios viven una vida muy solitaria y por eso es que no se los encuentra en manada. Además nunca duermen en el mismo lugar, sino que al caer la noche arman su “cama” en algún árbol con un piloncito de hojas para hacerlo más acolchonado.
Llegado al mediodía, y habiendo encontrado un lugar con espacio para sentarnos, fue que dimos paso al almuerzo. Nuestro guía saco el arroz cocinado y ya separado por porciones en hojas de palmera, corto las verduras, las frutas, y el banqueta ya estaba listo.
Una vez recargadas las energías emprendimos nuevamente la caminata con varias horas por delante aún. Por suerte los hermosos orangutanes no se hicieron desear y vimos muchos y a cada rato. Pero no fue esto lo único que vimos, también encontramos hormigas 4 o 5 veces más grandes que las comunes, pequeños monos grises, lianas por todos lados que fueron de gran ayuda para subir o bajar lugares empinadas, nidos de termitas, y si bien no tuvimos la suerte, o mejor dicho si tuvimos suerte, de que aparezcan los tigres, osos, elefantes y muchos otros animales que también comparten la selva con los orangutanes.
Cuando aún faltaban un par de horas para llegar al campamento apreció Nina y su cría para cortarnos el paso a cambio de comida. La orangután es muy inteligente y un tanto agresiva con los turistas sobretodo (han habido casos de mordeduras y zamarreos). Ella solo deja el camino libre cuando los guías la hacen a un lado entreteniéndole con bananas y otras frutas.
Una vez sorteado este obstáculo, apareció la refrescante lluvia. Pero como todo lo bueno tiene su lado malo, el agua hizo que las subidas y sobretodo las bajadas del final se complicaran significativamente. De repente el suelo se volvió completamente resbaloso, lleno de barro y la caminata se volvió muy exigente. En nuestra concentración para dar pasos firmes y no resbalarnos advertimos que los orangutanes formaban una especie de techo con las hojas para cubrirse del agua, una imagen increíble (¡lástima que con semejante lluvia no pude sacar fotos!).
Finalmente y luego de siete horas de caminata llegamos al pequeño campamento donde nos estaba esperando con un rico té con leche condensada (¡excelente combinación!) y galletitas. Descansamos de la agotadora caminata y disfrutamos de un típico banquete indonesio en medio de la selva a la luz de la luna y velas. Al día siguiente, luego de haber dormido en una rudimentaria tienda, nos bañamos en una cascadita y aprovechamos la fuerza del agua como masajes luego de tanto esfuerzo del día anterior.
Emprendimos la vuelta pero esta vez sin caminar tanto: unos gomones atados en fila nos llevaron río abajo y al son de “Jungle trek, jungle trek in Bukit Lawang. See the monkeys, see the birds, see the orangutans, hey!” (léase con el ritmo del villancico Jingle Bells) llegamos al pueblo.
Información útil del trekking por la selva
Si estás pensando en pasar por Sumatra, este trekking es definitivamente un MUST DO.
Acá te dejo info sobre costos y cómo llegar:
- El trekking de dos días y una noche me costó 55 USD. Esto incluye el guía, almuerzo, merienda, cena, desayuno y almuerzo, y la vuelta en gomón. Este precio lo conseguí regateando, hay gente que pagó más.
- Yo me quedé en Bukit Lawang Indah por RP 50.000 por noche (menos de 4 USD). La habitación con baño privado era aceptable, y tiene adelante un lindo restorán con wifi, barato y rico. La noche que se duerme en la selva se puede dejar la mochila en lockers por RP 10.000.
- Cómo llegar desde Medán: desde el aeropuerto me tomé el bus ALS por RP 35.000 hasta Binjai y de ahí un minibús hasta la entrada de Bukit Lawang por RP 40.000 por persona (me pedían RP 100.000 por este, pero como sabía que en realidad estaba alrededor de RP 30.000 me puse firme hasta el precio que me cerró).
Para llegar a la zona de los guesthouse me tomé un tuk-tuk por RP 5.000. La única opción es esta o caminar poco más de un kilómetro. En total gasté RP 80.000.
Lago Toba
Luego de mi trekking por la selva debía emprender viaje hacia el Este. El destino más cercano y usualmente visitado por muchos turistas es Danau Toba (Lago Toba). Este sitio atrae a tantos visitantes por su formación hace aproximadamente 70.000 años, que se debió a una explosión súper volcánica que es conocida como la más grande de los últimos 25 millones de años (cuando no los volcanes haciendo lío en Indonesia), la que originó este inmenso cráter de unos 100 x 30 kilómetros. Actualmente se encuentra lleno de agua formando este famoso lago, quien orgullosamente lleva consigo el título del lago de cráter volcánico más grande del mundo.
Sabía que desde mi ubicación la distancia no era muy larga, o por lo menos no en kilómetros, pero en Indonesia eso no es garantía de nada. Las empresas de turismo querían cobrarme cerca de RP 250.000 para llevarme a destino, pero esto estaba muy fuera de mi bolsillo y decidí hacerlo por mi cuenta (los detalles más abajo).
Dentro de Samosir, la isla que se encuentra en el medio del lago, hay varios pueblitos, siendo Tuk-tuk el más visitado y también preparado para el turismo. Yo arribé a este, y luego de conseguir un lugar para dormir, salí a caminarlo.
Les mentiría si dijera que está lleno de atracciones interesantes y cosas para hacer. Lo cierto es que es un lugar lindo y súper tranquilo, donde comúnmente se suelen alquilar bicis o motos y salir a recorrer la isla. Eso mismo hice en una moto y pasé todo un día yendo y viniendo, consiguiendo vistas muy lindas del lago y las montañas que lo rodean.
Es un buen lugar para descansar en medio del viaje, desconectarse y pasar un par de días rodeado de naturaleza.
Información útil
- Cómo llegar desde Bukit Lawang a Lake Toba: Bien temprano me tomé un tuk-tuk (RP 15.000) hasta la entrada desde donde salen los minibuses. Desde allí, por RP 25.000 me tomé uno hasta una de las terminales de buses de Medan (aunque de terminal no tenía nada, solo había taxis al acecho esperando por los turistas). Una vez allí, y sabiendo que para alcanzar la terminal de Amplas había una larga distancia, por RP 10.000 tomé un Bemo (taxi compartido) y después de 1 hora de viaje me dejó en la terminal. ¡No les puedo explicar el caos de tráfico que es Medan! Desde allí salían los buses públicos directo a Parapat (RP 40.000), ciudad sobre la costa del lago para luego tomar el ferry (RP 15.000) a Samosir.
En definitiva, alcanzar el lago me costó RP 105.000 y viajé en total algo así como 13 horas. Como el último ferry público sale a las 19 hs. hice noche en Parapat y al otro día temprano crucé a la isla.
Después de pasar unos tranquilos días en el lago Toba mi idea era continuar hacia el Sureste e ir bajando hasta llegar a la isla de Java. Sin embargo, debido a que comenzaban las vacaciones post-Ramadán el tránsito era un caos, los lugares turísticos de la zona estaban llenos y los alojamientos extremadamente caros.
Por esto desistí de seguir recorriendo Sumatra y me tomé un vuelo a Jakarta, la capital de Indonesia, y recorrer Java.
Pero eso queda para otro momento...
Si ya ibas a Indonesia con ganas de hacer el trekking por la selva con los orangutanes o leer esto te dio ganas y tenes alguna duda, podes dejarla como comentario así todos pueden leerla.
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